

Desmontando los caminos de Colombia transitan con prisa arrastrando su propia Vida y sus recuerdos en lo que pueda caber en una maleta que cargan con profunda tristeza. En el rostro de todos estos caminantes se revela a la distancia un sentimiento común de desesperanza y también de profunda angustia. Quienes los vemos pasar no suponemos sino una fracción de su propio sufrimiento y a paso largo nos distanciamos dándoles la espalda.
Venezuela en la actualidad es una Nación fracturada en su democracia y en su fuente principal de riqueza. El manejo irregular de sus propios recursos petroleros y la temible corrupción que han servido para mantener al “Estado Tirano”, sumergieron en la desesperanza y agonía a los hijos de la otrora patria de Bolívar “El Libertador”.
El colapso a toda escala de la economía venezolana que impide a sus connacionales vivir con un mínimo de garantías sociales, es la única motivación que los lanza a cruzar decididos las fronteras que los rodean. Representa para ellos mayor incertidumbre vivir en su País que deambular sin rumbo cierto las agrestes carreteras y ciudades de Colombia.
Es innegable que pocos colombianos condolidos por su tragedia se vuelcan en solidaridad. Otros mas oportunistas y capitalizando su desgracia, ofrecen desequilibradas condiciones laborales que con apremio aceptan aquellos sin objeción. Sobra comentar la triste situación de aquellas que con la venta de su cuerpo al mejor postor intentan derivar su sustento.
Hoy los migrantes venezolanos son una realidad en aumento y el Estado colombiano debe crear los mecanismos jurídicos necesarios para soportar esta crisis en el corto, en el mediano y en el largo plazo. En la medida que el “Estado Tirano” venezolano se afinque y se perpetúe en el poder, la crisis migratoria será una constante que cambie nuestras propias Vidas a todos los colombianos.
No pretende este escrito censurar la migración de los hermanos venezolanos, sería un acto de completa insensibilidad de mí parte. Intento desde mi simple perspectiva sensibilizar a una buena parte de la Nación que ha sido defenestrada en el sentimiento de “Solidaridad” por cuenta del terror de tiempos idos de violencia y hoy se mantiene renuente a la “Caridad”.
Entender la magnitud de tamaña dificultad Social que apremia y oprime injustamente al pueblo venezolano, nos hará entender el privilegio de ser colombianos y por supuesto nos motivará a volcarnos en solidaridad a los “Nuevos Peregrinos” de este siglo.
Germán Lamo T.